SER PADRES
A lo largo de los tiempos los padres siempre se han preocupado de la educación de sus hijos. Existen características propias de la infancia y de la adolescencia que hacen que sea un verdadero reto educar. Es lógico que un niño de 5 años desobedezca a sus padres si lo que estos le piden no le agrada o simplemente quiere hacer otra cosa en ese momento. También es normal que un adolescente no quiera aceptar la hora de volver a casa que sus padres le imponen ya que es una edad en la que los chicos y chicas exploran el mundo y descubren su propia identidad.
Por eso es tan importante la educación basada en valores y límites. Enseñar a nuestros hijos lo que realmente es importante en la vida, pero también marcarles límites que les ayuden a crecer con seguridad y confianza en sí mismos y en sus capacidades. En Camins creemos que una de los cosas más influyentes en el desarrollo de los niños es el propio comportamiento de los padres, ya que ellos constituyen un espejo en el que sus hijos se reflejan, los niños más pequeños imitan y desean comportarse como sus padres y cuando son adolescentes intentan hacer lo contrario. Tanto en un caso como en otro, el comportamiento de los padres influye en el de los hijos y no podemos olvidarnos de esto. Es fundamental tener en cuenta este aspecto, pero es frecuente que el ritmo trepidante de la sociedad en la que vivimos y las numerosas obligaciones que todos tenemos haga que nos olvidemos más a menudo de lo que deberíamos.
Cuando el comportamiento de los niños es negativo a lo largo del tiempo llegando incluso a cronificarse, es aconsejable acudir a un profesional. En estos casos los psicólogos ejercen de guías educativos para enfocar de nuevo el camino que debe adoptar la educación de los niños.
Centro de Psicología Camins
