EL REY DEL DESIERTO . Cómo gestionar el carácter de mi hijo adolescente
Todos los padres tememos el momento en el que nuestros hijos se conviertan en adolescentes, ese periodo de la vida en el que todo cambia y es que no hay años más inestables que los que abarca la adolescencia. De repente, ese niño cariñoso, alegre y comunicativo se convierte en el rey del desierto por lo seco y arisco de su carácter. Ya no habla con nosotros, nos contesta con monosílabos y eso si está de buen humor, porque en la mayoría de los casos emite un tímido gruñido que interpretamos como un sí o un no. Este es el primer cambio observable en su comportamiento. Pero realmente el deterioro en la comunicación solo es una pequeña parte de lo que supone la entrada en la era del adolescente, y quizá la que menos preocupa. Como padres y como adolescentes que fuimos, podemos ponernos en su piel y recordar que por algún extraño motivo todo lo vivíamos con intensidad, tanto las cosas buenas que nos pasaban como las discusiones con amigos que nos hacían pensar que el mundo estaba llegando a su fin. Este es otra de las características de esta fascinante época, la montaña rusa emocional.
Estos cambios son lógicos e incluso esperables, no son motivo para preocuparse porque de alguna manera los esperamos y estamos más o menos preparados para ellos. Sin embargo, existen otros aspectos con los que deberemos lidiar y que como padres deberemos aprender a manejar para sobrevivir con éxito durante estos años. Uno de ellos se refiere al establecimiento de límites, es cierto que a un adolescente no le podemos imponer normas de forma tajante y rotunda y que deberemos ser más flexibles de lo que éramos años atrás. Pero también es de suma importancia que establezcamos límites firmes que les transmitan orden y seguridad. Otro de los aspectos que deberemos manejar se refiere a las relaciones sociales, es sabido por todos que los amigos son lo más importante para un adolescente, y esto es un arma de doble filo, ya que en algunos casos pueden ser una mala influencia. En este sentido es importante no negarse a que el adolescente vaya con un grupo de amigos, ya que conseguiremos el efecto contrario, pero si debemos intentar hacerle ver lo importante de tomar sus propias decisiones sin dejarse llevar por la opinión de los demás. Por último, nos encontramos con el uno de los temas estrella: los estudios. En estas edades el nivel escolar aumenta y en ocasiones se produce un descenso de sus notas de forma significativa. Es importante conocer las causas y ayudarle en caso de que necesite ayuda. Lo importante es hacerlo cuanto antes, de esta manera evitaremos caer en el problema de la desmotivación.
En Camins trabajamos a diario con adolescentes, y nos encontramos tanto con problemas emocionales derivados de los vaivenes que se producen a nivel evolutivo como problemas de ámbito académico. En muchas ocasiones el trabajo terapéutico es solo con el adolescente, sin embargo en otros casos es necesaria la colaboración de los padres para poder enseñarles a gestionar los conflictos en casa y darles pautas de negociación tan necesarias cuando se tiene hijos adolescentes.
Sara Cantavella, directora de Psicología Camins