Siempre he querido tener más tiempo libre, y ahora que lo tengo no sé qué hacer con él.
Normalmente vamos con prisas a todas partes, con un montón de rutinas, obligaciones, actividades y compromisos a los que atender, y con la sensación de que le faltan horas al día para poder llegar a todo. Solemos fantasear con cómo sería poder tener tiempo libre, ganarle horas al reloj y poder hacer aquellas cosas que solemos dejar aparcadas.
Sin embargo, ahora que nos vemos con la posibilidad de reemprender viejos hobbies, poder recrearnos en las actividades que nos gustan y nos hacen disfrutar, o iniciar alguna actividad nueva que queramos probar, todo se nos hace un mundo y no sabemos por dónde empezar.
En estos días que tenemos que pasar en casa, alejados físicamente de nuestros familiares, compañeros y amigos, es más importante que nunca mantener unas rutinas en casa:
- Quitarnos el pijama por las mañanas. Hay que lanzar el mensaje al cuerpo y la mente de que ha empezado un nuevo día y que hay que ponerse en marcha
- Tener una rutina de sueño razonable. Es normal que nos apetezca levantarnos algo más tarde, porque tenemos la posibilidad de ello, pero hay que ponerse el despertador e intentar levantarnos todos los días a la misma hora para que el cuerpo se acostumbre y cuando todo pase nos cueste menos reemprender nuestras obligaciones.
- Del mismo modo, es importante mantener unos horarios de comidas y hacer las 5 ingesta diarias para no dar pie a la gula, al picar entre horas y al posible sentimiento de culpa que va asociado a esto.
- Hacer un listado de actividades agradables. Al estar en casa, hay numerosas situaciones que nos aportan emociones positivas a las cuales no tenemos acceso por el momento. Es fundamental sustituir aquellas actividades que solíamos hacer fuera de casa por tareas divertidas que nos aporten emociones agradables y de este modo regular nuestro estado de ánimo.
- Dosificar la información sobre el COVID-19. Hay que mantenerse informado pero con una vez al día es suficiente. La sobre información puede causarnos malestar, frustración e impotencia que en nada nos ayudan.
- Mantener contacto social con nuestros conocidos a través de redes sociales, video llamadas… Siempre viene bien tener conversaciones diferentes, recibir ideas nuevas y opiniones diversas sobre un mismo tema, nos ayuda a abrir nuestra mente y ser más flexibles para adaptarnos mejor a los cambios.
- Practicar deporte. Cada uno en la medida de sus posibilidades y procurando hacer aquellas actividades que más nos gusten, para que se convierta en una actividad agradable que, de paso, nos permita mantenernos en forma.
- Tomar el sol. Sal a la terraza, al balcón o corre las cortinas de las ventanas y deja que el sol te cargue de energía positiva y te relaje.
Lo más importante de todo es mantener el equilibrio entre mente, cuerpo y emociones.
Aprende a disfrutar de tu tiempo en casa, busca actividades que te motiven (leer, jugar a juegos de mesa, ver películas o series, hacer manualidades, dibujar o pintar, bailar, cantar, cocinar…), permítete momentos de descanso y ocio, e imagina los planes que harás cuando todo esto pase, que pasará.
Eva del Río González
Psicóloga sanitaria de Psicología Camins