ALTAS CAPACIDADES Y TDAH: COMPRENDIENDO LA DUALIDAD
Las altas capacidades y el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) son dos realidades que, aunque a menudo se consideran opuestas, pueden coexistir en un mismo individuo.
Por un lado, los niños con altas capacidades suelen mostrar un desarrollo intelectual superior al promedio, destacando en áreas como la creatividad, el razonamiento lógico o el aprendizaje rápido. Estos niños a menudo tienen una curiosidad insaciable y pueden presentar un enfoque intenso hacia sus intereses, lo que les permite sobresalir académicamente.
Por otro lado, el TDAH se caracteriza por dificultades en la atención, hiperactividad e impulsividad. Los niños con TDAH pueden tener problemas para concentrarse en tareas que no les interesan, lo que puede interferir con su rendimiento escolar, a pesar de su potencial.
La combinación de altas capacidades y TDAH puede generar una serie de desafíos únicos. Para abordar esta complejidad, es fundamental considerar algunos aspectos como:
- Desajuste en el Rendimiento Académico: Un niño que tiene la capacidad de entender conceptos avanzados puede ver su rendimiento afectado por su inatención o impulsividad, lo que lleva a una discrepancia entre su potencial y su desempeño.
- Frustración y Desmotivación: La falta de atención puede llevar a un niño superdotado a sentirse incapaz o incomprendido, generando frustración. Esta frustración puede manifestarse en comportamientos problemáticos o en una desmotivación general hacia la escuela.
- Habilidades Sociales: Las dificultades de atención e impulsividad pueden interferir en la capacidad de un niño para establecer y mantener relaciones sociales, lo que puede ser más complicado para aquellos con altas capacidades, quienes pueden tener intereses diferentes a los de sus compañeros.
Entender la intersección entre altas capacidades y TDAH es crucial para proporcionar un apoyo efectivo a estos niños. Reconocer sus habilidades excepcionales, junto con sus desafíos, permite crear un ambiente que fomente su desarrollo integral. Con el enfoque y las estrategias adecuadas, estos niños pueden no solo alcanzar su potencial académico, sino también desarrollar habilidades sociales y emocionales que les acompañen a lo largo de su vida.
ANA EGEA
PSICÓLOGA EN CAMINS CASTELLÓN