CONVIVIR CON LA DEPRESIÓN
Una depresión es un trastorno del estado de ánimo. Durante una depresión la persona sufre mucha desesperanza, culpa, tristeza, problemas de sueño, de concentración, de memoria, fatiga e incluso ideas de suicidio. Esto es una pesadilla, una situación inmensamente desagradable.
Pero hay que recordar que las personas deprimidas viven, habitualmente, con sus familiares. ¿Qué pasa con la familia? ¿Cómo les afecta el problema? ¿Cómo afrontar este trance?
Sobrellevar junto a otra persona un episodio de depresión puede ser una experiencia muy difícil. Es habitual que los familiares no sepan cómo deben comportarse. Además, la persona deprimida, a veces no asume que necesita ayuda.
El papel de la familia en el tratamiento de la depresión es fundamental y la colaboración e información consciente de quienes rodean a la persona afectada puede ayudar mucho a la evolución y al desenlace de la enfermedad.
Sin embargo, aunque la reacción de la familia es importante, no es ni el único ni, desde luego, el primordial elemento terapéutico. Esto significa que, aunque el modo de actuar ayuda a potenciar la superación de la depresión, los cambios principales arrancarán desde el interior de la persona que la sufre. En otras palabras, la depresión empezará a remitir cuando la persona deprimida aprenda una forma diferente de ver las cosas y a actuar en consecuencia.
Los familiares deben tener claro que no son responsables de la curación de la persona que sufre depresión. La colaboración profesional es la mejor vía para ayudar al paciente y también incluso para ayudar a la familia. En el Centro de Psicología Camins somos especialistas en el tratamiento de la depresión, a la vez que guiamos a la familia hacia la manera más adecuada y menos dolorosa de afrontar esta difícil situación.