LÍMITES INTERPERSONALES
Poner límites en nuestras relaciones no es solo decir “no”. Es establecer reglas para que una relación funcione y se refieren tanto a lo que se le dice que “sí” como aquello a lo que se le dice que “no” al otro. No es un acto egoísta, no es descuidar a los demás o herirlos, sino más bien tomar decisiones y llevar a cabo acciones acordes con nuestro propio bienestar con tal de protegernos, tanto física como emocionalmente.
Poner límites nos ayuda a dar forma a nuestra identidad, informa a los demás sobre nuestros sentimientos, necesidades, valores, prioridades, preferencias, etc. y nos permite formar relaciones sanas basadas en el respeto como ingrediente principal.
Las personas a las que les cuesta establecer límites suelen tener dificultades a la hora de darse valor a sí mismos, priorizar sus sentimientos y necesidades, mantenerse en su posición ante las presiones de los demás, buscan complacer al otro por temor al rechazo…
Para empezar a establecer límites de forma adecuada y saludable es importante trabajar en:
- Escuchar y dar espacio a nuestras emociones y sentimientos.
- Conocer y comprender cuáles son nuestras necesidades, gustos, preferencias…
- Dar prioridad y valor a nuestro autocuidado.
- Atender a nuestras necesidades a pesar de que pueda no agradar a las personas de nuestro entorno.
- Expresar nuestra opinión entendiendo que, aunque no sea compartida, merece ser escuchada y respetada.
- Tomar decisiones acordes con nuestros sentimientos y necesidades.
- Comunicar lo que queremos o no queremos de manera asertiva y respetuosa.
- No ceder o dejarse llevar por lo que los demás quieren si no es lo que nosotros queremos.
Todo ello repercutirá de forma positiva en nosotros mismos y en nuestras relaciones, de modo que veremos una mejora en nuestra autoestima, conseguiremos un mayor respeto por nosotros mismos, obtendremos más autonomía e independencia, nos acercaremos a una vida alineada a nuestros valores y prioridades, formaremos relaciones sanas e igualitarias, nos comunicaremos con los demás de manera asertiva y mejoraremos la resolución de conflictos. Por último, y aunque sea un elemento que nos produzca cierto temor, alejaremos de nosotros a aquellos que no quieran respetar nuestros límites. Aunque nos dé miedo poner en riesgo nuestra relación con el otro, no podemos olvidar que al no poner y respetar nuestros límites, lo que estará en riesgo será nuestro propio bienestar.
Si eres una persona que tiende a buscar la aprobación y validación externa, que siempre se muestra disponible y cede a las peticiones de los demás o que siente que sus relaciones están en desequilibrio, en Camins podemos ayudarte.
Amanda, psicóloga de Camins.