Teletrabajo, histeria colectiva, estado de emergencia y aislamiento, un cóctel Molotov para la convivencia en pareja. De repente, todos aquellos “mandamientos” de como tener una relación sana se vuelven difícil de cumplir. ¿Qué puede hacer uno para que su relación sobreviva al aislamiento?
1. Entender nuestras emociones durante el aislamiento: Si algo es cierto hoy es que no sabemos cómo va a estar la situación mañana. La incertidumbre es muy amiga del estrés y el estrés de la irritabilidad. Por eso, no es difícil que tú o tu pareja os sintáis con las emociones a flor de piel. Es importante conocerse a uno mismo, y saber en qué momentos estamos dejándonos llevar por la irritabilidad. En caso de que esto te suceda, pídele a tu pareja que necesitas un momento para ti solo.
¡Cuidado!, es importante trabajar con uno mismo el manejo de la emoción, no todo vale cuando estamos irascibles. Qué nuestra pareja nos entienda no nos da carta blanca para hacer o decir lo que se nos pase por la cabeza sin responsabilidad y sin empatía por el otro (Y viceversa).
2. Respetar y empatizar con las emociones de nuestra pareja: Nuestra pareja está pasando por lo mismo que nosotros. Por tanto, puede ser que también tenga momentos de irritabilidad. Si es tu pareja la que está más susceptible, entiéndela y permítele ese espacio. En ese momento de crispación, quedándote con ella y tratar de razonar puede no tener efecto, es mejor que le ayudes cediéndole el espacio que necesita.
3. Respetar la individualidad: Si esto ya de por si es vital en circunstancias “normales”, ahora más que nunca. Pasamos de tener cada uno su jornada de trabajo, su tiempo de ocio con amigos y hobbies fuera de casa a reducirse todo a un mismo espacio en común: LA CASA. Para poder respetar la individualidad propia y del otro nos puede ser de ayuda hacer plannings y horarios que nos permitan organizar los tiempos y los espacios. Esto nos ayudará tanto en el manejo emocional de la incertidumbre como a evitar la fusión con nuestra pareja (los dos en todo a todas horas).
Recuerda que para que la relación funcione es cosa de los dos. Uno mismo no puede hacer que su pareja diga o haga lo que uno espera. Lo que si que está en nuestro poder es como uno se comporta con su pareja.
Joana Jarque Marín
Psicología sanitaria y jurídica