Ya se acercan un año más las fechas navideñas y con ellas una imagen que se repite año tras año, un niño con una montaña de regalos alrededor sin saber con cual jugar o cual va a ser el siguiente en abrir.
Durante estas fechas a los niños se les llena de regalos, tantos, que no es raro ver a niños rodeados de juguetes diciendo que se aburren. Hay niños que tienen casi todo lo disponible en el mercado y no son capaces de disfrutarlo, ¿por qué?. En la mayoría de las ocasiones porque no los valoran. Cuando las cosas nos vienen dadas y no nos hemos tenido que esforzar por conseguirlas, no las valoramos tanto como aquello por lo que hemos trabajado y nos ha costado un esfuerzo conseguir.
Los niños, durante estas fiestas, elegirán sus regalos guiados por sus gustos, por los anuncios de televisión o por juguetes que han visto a otros amigos, pero eso no quita que sean los padres los que dirijan la carta en función de la edad y de las necesidades de cada niño. Así, por ejemplo, es bueno incluir libros de lectura, lápices, estuches, mochilas,… que se puedan utilizar luego como material escolar.
Bien es cierto que vivimos en una sociedad cuantitativa, donde es más importante la cantidad que la calidad; así, oímos muchos niños que dicen: “Este año he tenido 10 regalos”. No importa el qué, sino el cuánto. Esta excesiva cantidad de juguetes responde a un intento de los padres de compensar el escaso tiempo que se les dedica a los niños, también hay ocasiones en que los padres tratan de dar a los hijos aquello que no pudieron disfrutar durante su infancia, o bien evitar agravios comparativos con sus compañeros. Pero, tenemos que ser conscientes de una cosa, los niños no pueden tener todo lo que desean y tienen que aprender desde pequeños a tolerar la frustración. La Navidad es una época de ilusión y alegría, y una ocasión ideal para enseñar a los niños a valorar las cosas y pensar en otros niños que no tienen tantas cosas como ellos.
Una buena alternativa a los juguetes es regalar a los niños actividades de ocio en las que puedan disfrutar junto a sus padres como ir al cine, al teatro o al zoo. Si a un niño le das a elegir entre tener muchos regalos o pasar más tiempo con sus padres, una gran mayoría elegirá la segunda opción. Así que, en el Centro de Psicología Camins os queremos recordar algo que aunque parezca básico, a veces se olvida: “El mejor regalo para un niño es estar con su familia”.
