EL SENTIDO COMÚN EN LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS

EL SENTIDO COMÚN EN LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS

Hoy en día podemos encontrar información acerca de cómo educar a los niños casi en cualquier parte. Lo leemos en las revistas, en blogs, en la televisión y en infinidad de libros. Parece que todos tienen la receta mágica y muchos de ellos te prometen un método infalible por el que tu hijo crecerá sano y se convertirá en un niño educado, inteligente y responsable.

Sinceramente, no creemos que exista un camino directo y sin obstáculos para llegar a ese final. Como padres, lo primero que hay que tener en cuenta son las circunstancias personales y diferentes que tiene cada familia. El contexto en el que se desarrolla un niño es un factor que influye en su manera de actuar y de comportarse, y muchas veces se habla de generalidades como si todas esas recetas mágicas pudieran aplicarse en todos los hogares. En el Centro de Psicología Camins atendemos diariamente a madres y padres preocupados por sus hijos, y a pesar de que cada uno de ellos es distinto sí encontramos un punto de partida común para todos y cada uno de ellos. Es importante que en todas las casas existan unos límites claros y seguros, no tienen porque ser siempre los mismos, cada familia deberá encontrar los suyos propios, pero estos servirán como guía para no perderse cuando aparecen los problemas.

Todos hemos escuchado muchas veces las advertencias de nuestros padres ante una decisión equivocada, y la mayoría de nosotros, a pesar de esas advertencias hemos caído en el error y nos hemos dado de bruces con el fracaso ante el inevitable «ya te lo decía yo» de nuestros padres.

Parece que en la naturaleza del ser humano está por encima de todo, intentar hacer las cosas por uno mismo. A la mayoría de nosotros no nos es suficiente que otras personas más experimentadas nos digan lo que podemos o no hacer, y aunque en el fondo sepamos que nos vamos a equivocar una fuerza interior nos arrastra a intentarlo, y es que de esa manera aprendemos.

Como es de esperar este tipo de aprendizaje también está en los niños, y como padres, debemos esperar que muchas veces no nos hagan caso, querrán conocer las consecuencias de sus actos por sí mismos, aunque a veces éstas deban amortiguarse con tiritas y betadine. Como padres, es obvio, que no debemos quedarnos de brazos cruzados, y que deberemos intervenir cuando el peligro sea evidente, pero también parece obvio que no podemos evitarles todas las caídas. Es más, parece sano no hacerlo. De la misma manera que nosotros hemos aprendido, y seguimos haciéndolo, tropezando una y otra vez con la misma piedra, ellos tendrán que experimentar esas mismas sensaciones. Porque solo el error nos da la oportunidad de superarnos y aprender.

Centro de Psicología Camins

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