¿QUÉ ES LA ZONA DE CONFORT Y CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A SALIR DE ELLA?
La zona de confort es un estado mental donde nos sentimos seguros porque todo lo que hacemos es conocido y predecible. En este espacio, solo necesitamos habilidades y creencias que ya dominamos, lo que nos protege del miedo y la ansiedad. Sin embargo, esta comodidad puede convertirse en una trampa que nos lleva a la monotonía y limita nuestro crecimiento. Para los niños, quedarse en esta zona puede significar perder oportunidades para aprender y desarrollarse.
Pero, ¿por qué no salimos de nuestra zona de confort?
- Miedo al cambio: Lo desconocido genera ansiedad. A los niños les cuesta explorar nuevas situaciones porque no saben qué esperar y temen que sea difícil o incómodo.
- Hábito: Tanto adultos como niños se apegan a sus rutinas. Cambiar algo familiar, aunque pequeño, puede ser desafiante, porque nos da seguridad.
- Miedo al fracaso: Probar algo nuevo conlleva el riesgo de equivocarse, y el temor a no hacerlo bien puede paralizar. Los niños, en particular, pueden evitar desafíos si temen ser criticados o fallar.
- Pereza: La zona de confort requiere poco esfuerzo. Cualquier cosa que demande más energía o concentración puede generar rechazo, especialmente si ya estamos acostumbrados a la comodidad.
- Falta de confianza: Cuando un niño no cree en sí mismo, teme tomar riesgos. Si fracasa, puede verlo como una confirmación de que no es lo suficientemente bueno, afectando su autoestima.
¿Cómo ayudar a los niños a salir de su zona de confort?
- Crear un entorno de apoyo: Para que los niños se atrevan a probar cosas nuevas, necesitan sentirse respaldados. Recuérdales que estarás allí, pase lo que pase, y que es normal sentir miedo.
- Proponer pequeños retos: Ayudarles a salir de su zona de confort no significa grandes cambios de inmediato. Ofrece desafíos graduales, como invitar a un nuevo amigo o aprender una actividad que les guste.
- Enseñar a valorar el esfuerzo: Alabar el esfuerzo, en lugar de solo el éxito, les enseña que el verdadero valor está en intentarlo, no en ser perfectos. Esto les ayudará a sentirse más seguros ante futuros retos.
- Fomentar la mentalidad de crecimiento: Enséñales que los errores son parte del aprendizaje. Reforzar que cada desafío es una oportunidad para crecer, les animará a no temer los fracasos.
- Ser un modelo a seguir: Los niños aprenden observando. Si ven a los adultos enfrentando desafíos con una actitud positiva, estarán más inclinados a hacer lo mismo. Demostrar que valoras aprender cosas nuevas les motivará a imitar este comportamiento.
Salir de la zona de confort es esencial para que los niños se desarrollen emocionalmente y adquieran nuevas habilidades. Como padres, es importante guiarlos y apoyarlos para que enfrenten estos retos de manera gradual, reforzando su confianza y seguridad en el proceso.
Ruth Barreda. Psicóloga prácticas Camins Castellón