Cuando un niño/a tiene un compañero de clase con autismo, es natural que surjan preguntas y dificultades sobre cómo le podemos explicar este término de manera comprensible. Ante estos casos, es normal que los adultos nos preguntemos cómo podemos hacerles entender la diversidad del día a día.
El autismo (TEA) es una forma de desarrollo o procesamiento del mundo diferente. Esta condición afecta a la comunicación, a la forma de relacionarse con los demás, comprender emociones o adaptarse a los cambios. No obstante, cada persona con autismo es diferente.
¿Cómo puedo explicárselo a mi hijo/a?
- Emplea un lenguaje sencillo. Adapta la explicación a la edad del niño/a o adolescente.
- Puedes incidir en la idea de que su forma de hacer amigos o comunicarse es diferente; que, aunque no mire a los ojos, no quiere decir necesariamente que no quiera jugar; o que cuando se enfada a veces no sabe decir cómo se siente.
- En el caso de niños más mayores, se les puede explicar las dos principales características del autismo: dificultades para relacionarse y comportamientos repetitivos o inflexibles (por ejemplo, intereses muy específicos).
- Anímales a hacer preguntas sin miedo, resuelve todas sus dudas al respecto. En caso de que no conozcas la respuesta, podéis informaros en familia.
- Normaliza la diferencia. Su compañero de clase no es mejor ni peor, solo es diferente.
- Favorece la empatía (evita la pena).
- Explícale la importancia de tener paciencia y pedir ayuda a los adultos cuando no sepa cómo actuar en determinadas situaciones.
Esta explicación puede ir acompañada de algunos recursos como:
- Por cuatro esquinitas de nada (cuento de Jerôme Ruillier, a partir de los 3 años).
- Zara es Transparente (cuento de Laura Esteban y Marla Merino, a partir de los 5 años).
- Academia de especialistas (vídeo producido por la Fundación Orange).
- Autismo, el gran desconocido (charla TED de Pau Brunet).