CONFIANZA EN UNO MISMO Y SÍNDROME DEL IMPOSTOR

Psicología Camins

Se entiende que la confianza en uno mismo es “la conciencia que uno tiene de su propia valía y de los que se obtiene una cierta seguridad”. Así una persona que confía en sí misma, se sentiría capaz de conseguir aquellas metas que se propone, confiando en sus propias capacidades para ello. Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que cuestionan cada uno de sus logros personales y

profesionales, y se sienten un fraude o un impostor?

Estas personas dudan de sí mismas, de sus capacidades y de cada decisión que toman, estando en constante alerta porque pueden ser descubiertos y considerados un fraude.

A este fenómeno psicológico se le conoce como el síndrome del impostor. Este fenómeno fue acuñado en 1978 por dos psicólogas, Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes realizaron un análisis del comportamiento de mujeres con exitosas carreras profesionales, pero a pesar de ello, se consideraban a sí mismas un fraude, atribuyendo su éxito a causas externas, como la suerte.

Posteriormente, la doctora Valeri Young en su libro «Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren el síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de él», ahondó más en este fenómeno y describió cinco tipos de “impostores” como son:

  • Perfeccionista: se marcan metas altas de manera exigente y cuando fallan o con un mínimo detalle no correcto o esperado, experimentan una sensación de gran malestar, de gran vergüenza y culpabilidad por no haber realizado el trabajo al 100%, no les vale el 98%.
  • Súper Humano: se presionan a trabajar cada vez más duro para dar la talla, aunque esto es una forma de cubrir sus inseguridades. Se mide así misma en términos de “facilidad y velocidad”
  • Genio natural: se juzgan a sí mismos en base a la creencia de que tiene que obtener el éxito en el primer intento, de manera rápida y exitosa (sin errores ni segundos intentos). En el caso que no se dé, la persona se agobia, bloquea.
  • Individualista: tienen la creencia que pedir ayuda es para aquellas personas vulnerables, frágiles o incapaces. Rechazan cualquier ayuda o consejos, para probar su valía.
  • Experto: piensan que no han sido del todo honestos en un proceso de selección, porque dudan de si poseen el suficiente conocimiento sobre la materia, y temen ser descubiertos ante el mínimo error.

¿Qué es el Síndrome del impostor?

Como hemos comentado anteriormente, se trata de un fenómeno psicológico frecuente, no catalogado o considerado como un trastorno o patología. Aunque si bien es cierto que el grado de malestar psicológico que conlleva si puede ser clínicamente significativo. Esto se debe a que se ha asociado con diversos tipos de síntomas como la ansiedad generalizada, depresión, falta de autoconfianza, baja autoestima y frustración relacionada con la imposibilidad de cumplir con los altos estándares autoimpuestos.

Se estima que al menos 7 de cada 10 empleados lo padece al menos una vez durante su desempeño académico y/o laboral.

Este fenómeno se caracteriza por presentar:

  • Una creencia persistente de que no se es lo suficientemente bueno y que los logros no son merecidos.
  • El miedo a ser descubierto, en algún momento los demás descubran que uno es un fraude o un farsante.
  • La atribución de los propios éxitos es por la suerte o azar. Es decir, su atribución es externa, y no vinculada a sus propias capacidades.
  • Y por una dificultad para aceptar y creer en los propios logros, incluso cuando hay pruebas de ellos.

Consejos útiles para combatir este fenómeno

  • Valora tus logros: Haz una lista de tus fortalezas y éxitos para recordar tus capacidades de manera objetiva.
  • Usa la escritura terapéutica para mejorar tu conciencia y gestión de las situaciones en las que te sientes un impostor. El poder reflexionar sobre tus propios pensamientos y sentimientos desde una cierta distancia, puede ayudarte a crear un pensamiento más amable contigo mismo.
  • Gestiona tus pensamientos: Cuestiona el diálogo interno negativo y reemplázalo por una conversación más compasiva y realista contigo mismo.
  • Busca apoyo: Habla con amigos, familiares o colegas de confianza sobre cómo te sientes.
  • Ponte a prueba y desafía tu miedo: Mantente en constante preparación y aprendizaje.

Y para finalizar, te dejo unas serie de frases para combatir el síndrome del impostor.

“No tengo que saberlo todo para aportar valor”. No se trata de saberlo todo, sino todo lo que puedes aportar.

“Es normal cometer errores; no me hacen menos capaz”. El valor no reside en la perfección, sino en el aprendizaje y el esfuerzo.

Si dudo de mí mismo, ¿no debería dudar también de mi juicio sobre mí mismo?” . Cuestionar tu propia percepción de incompetencia puede ayudarte a verla como una falacia.

Mis logros son el resultado de mi dedicación y esfuerzo” No atribuyas tus logros a factores externos como la suerte.

Espero que con cada logro, seas capaz de quererte mejor!

Ana Ballesteros. Psicologa en Camins Castellón

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